I: Introducción
Karl Marx decía: «La historia no utiliza a los hombres como medios para conseguir -como si fuese una persona individual- sus propios fines. La historia no es nada más que la actividad de los hombres para la consecución de sus objetivos».
Lastimosamente dicha actividad humana no siempre es positiva, generalmente los objetivos que se quieren conseguir son egoístas. Marx se refería a que nosotros nos somos producto de la historia; la historia no nos forma a nosotros: nosotros la formamos, la historia es nuestro producto. La doctrina materialista, decía Marx, de que los hombres son producto de las circunstancias (…) olvida que las circunstancias se hacen cambiar precisamente por los hombres…
A partir de esto es posible decir que los humanos son producto de los humanos. Sonará algo extraño pero si lo analizamos desde el punto de vista de que las acciones de nuestros antepasados nos afectan directamente a nosotros; por lo tanto nuestras acciones afectarán a nuestros descendientes.
Por ejemplo, en 1932 se dio la masacre de los indígenas en El Salvador. Un gran porcentaje de la población fue brutalmente asesinada y como consecuencia se creó una atmósfera de temor y pesimismo para nuestros indígenas: dejaron a un lado sus raíces por el miedo y parte de nuestra hermosa cultura fue enterrada muy en el fondo.
Este hecho nos afecta directamente: ya no apreciamos nuestra raíces y los descendientes de aquella familias que sufrieron aún guardan en su memoria dicho suceso.
Ahora, la influencia del contexto histórico en la literatura es inevitable, es inherente al arte. Una prueba de esto (siempre dentro del contexto salvadoreño) es Salarrué. Este genio tenía apenas 33 años cuando sucedió esta tragedia y no se quedó callado; publicó en un revista costarricense un escrito llamado Mi respuesta a los patriotas, un testimonio melancólico sobre nuestra realidad. Posteriormente, publica Cuentos de barro en 1933 como testimonio de su amor hacia su adorado Cuscatlán. Dicha obra es una excelente evidencia de las circunstancias afectando a la literatura. Es posible que Salarrué jamás hubiese publicado dichos cuentos si tal masacre nunca hubiese pasado.
Ya dicho esto, es más que seguro afirmar que para entender un movimiento literario hay que analizar su contexto histórico, saber qué paso en la época de los escritores para poder comprender la razón por la cual escriben narraciones siguiendo un estilo o características específicas.
Por lo tanto, para entender «El poder de la infancia» de Tolstoi y «La ficha de la muerte» de Twain debemos repasar los sucesos históricos en los que estos autores se inspiraron, de lo contrario dichos cuentos se vuelven efímeros.
En el siglo XVII, surgió la guerra civil inglesa en la que se enfrentaron los realistas –ejército real-, y por supuesto, los parlamentarios quienes se aprestaron a la organización de su ejército.
Un hombre llamado Oliverio Cromwell consiguió triunfos militares, entre ellos el de la batalla de Naseby, que tuvo por consecuencias: la destrucción de las fuerzas realista, la captura del rey Carlos I de Inglaterra, el fin de la contienda y la proclamación de la república.
Se le nombró Lord Protector de Inglaterra, Irlanda y Escocia; promovió la educación, fomento la liberación del comercio, situando a Inglaterra a la cabeza de los países protestantes europeos. Si bien fue cierto que Cromwell se negó a ceñir sus sienes con la corona, también fue cierto que aceptó el título de Padre de la Patria.
Años después, en el siglo XX; Rusia estaba en la cuerda floja y la Revolución se sentía cerca. Muchos rusos buscaban liberarse de la monarquía y lograr establecer una república. Las ideas de Karl Marx fueron un motor para los ciudadanos oprimidos: surge el partido obrero socialdemócrata, este partido se dividió en los moderados o mencheviques que proponían un gobierno no liberal burgués y los radicales o bolcheviques que buscaban establecer una dictadura.
Nicolás II promete al principio establecer una república y velar por el interés de su pueblo, sin embargo; nunca llega a cumplir sus promesas y esto se debe en parte a la influencia del misterioso Rasputín quien se supone que salvó a su hijo de una grave enfermedad.
Ya en 1917 estalla la revolución. Nicolás II renuncia y se proclama la república. Los bolcheviques triunfan y en 1921 se ordena que la familia real sea ejecutada para evitar la restauración del Zarismo.
Ambos sucesos, aunque muy diferentes, determinaron una parte muy importante en la historia universal. Masacres, injusticias, protestas, y condenas innecesarias; formaban parte de la vida cotidiana de las personas que vivían en dichos países.
Dicen que la historia la escriben los ganadores. Sin embargo, existen otros tipos de escritores que no son ganadores ni perdedores: son simplemente humanos. Y éstos son aquellos que plasman lo que observan y estudian sobre la historia en sus cuentos y novelas.
No existiría literatura sin historia. En el Realismo la historia es especialmente importante ya que a partir de ella muchos autores se inspiraban para crear narraciones que fueran entretenidas y enseñaran cultura al mismo tiempo.
Pienso que la mejor manera de resumir la utilidad que el Realismo tomó de la historia es mediante la siguiente frase: «Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla» (Cicerón). Como humanos buscamos la superación; y los escritores buscaban facilitarnos dicho objetivo para no repetir los mismos errores una y otra vez.
II
“El poder de la infancia” de León Tolstoi y “La ficha de muerte” de Mark Twain tiene muchas similitudes. Ambos cuentos se basan en las duras condenas que los ciudadanos que buscaban libertad o desobedecían las injustas órdenes; sufrían.
En “El poder de la infancia” se demuestra como los papeles de revirtieron después de la Guerra Civil rusa: “¡Qué le hemos de hacer! El poder no ha de estar siempre en nuestras manos. Ahora lo tienen ellos. Si ha llegado la hora de morir, moriremos. Por lo visto tiene que ser así”. El que una vez había condenado a su pueblo, ahora se convertía en el condenado. Este hombre había luchado a favor de las anteriores autoridades; pero ahora el poder residía en el pueblo. Le gritaban que merecía morir por sus pecados y por la traición que cometió contra su propia gente.
En “La ficha de la muerte” el Coronel Mayfair es sometido (curiosamente) a la tortura del azar, él y otros dos coroneles han desobedecido las órdenes de sus autoridades; no piensan matarlos a los tres sino sólo a uno como símbolo de sus malas acciones. El que reciba la ficha roja será el condenado. Sin embargo, para muchos eso sería como un suicidio que violaría sus principios cristianos; el Lord Cromwell quien es el juez y un ferviente religioso; cede al final, y así es como se realizará el juicio en la Torre.
El contexto histórico en ambos cuentos es clarísimo, en “El poder de la infancia”; se presentan ligeros indicios de la nueva república rusa en la cual se buscaba juzgar a las antiguas autoridades. Ahora el pueblo podía decidir por su cuenta, sin embargo como todos sabemos, esto no duró mucho; ya que al igual que el Zarismo, el supuesto socialismo también se convirtió posteriormente en un sistema absolutista. Touché! Otra vez el mismo pueblo, cometiendo los mismos errores. La cruda verdad.
En “La ficha de la muerte”, se da a conocer el gran poder que el Lord Cromwell poseía, era incluso más grande que el mismo Rey. Tenía el privilegio de decidir el destino de sus compatriotas sin tomar en cuenta las opiniones ajenas. La pequeña hija del Coronel Mayfair, Abby, expresa con mucha inocencia cómo era visto el Lord Protector por ella misma y el pueblo: “¡Yo lo conozco de vista, papá! Cuando cruza por delante de nuestra casa, con los soldados, tan magnífico en su corpulento caballo, tiene un aspecto tan…tan… bueno, yo no sé cómo decirlo, pero sí que produce la impresión de que no está contento, y se advierte que inspira miedo a la gente; pero yo no le tengo miedo, porque a mí no me miró de ese modo”.
El Lord Protector si bien era visto como un gran reformador y educador por unos, para otros no era más que un tirano que se aprovechaba de su poder. Aún en nuestro días existen opiniones y debates muy diversos sobre su persona.
III
La otra faceta que estos cuentos comparten es la de la infancia. En ambas narraciones no son grandes héroes quienes salvan el día y quedan en la historia como victoriosos; son niños. El mismo título del cuento de Tolstoi lo dice: El poder de la infancia.
Tal vez esto representa la confianza que los adultos, a lo largo de la historia; han tenido en las nuevas generaciones. Confían en que sus hijos y sus nietos ya no cometerán sus mismos errores, confían en que ellos estudiarán la historia con objetividad y a partir de eso formarán su propio criterio acerca de la vida y sobre lo que es mejor para su país.
La inocencia es una gran virtud que los adultos y jóvenes ya no tenemos. Tanto Tolstoi como Twain estaban conscientes de ello y decidieron plasmarlo en sus cuentos de una manera espectacular. No hay mejor forma para guiar a nuestros niños como lo es dando el ejemplo, siendo misericordiosos y buenos con los demás. A veces, esos pequeños humanos son los que realmente nos enseñan cosas, cuando se supone que debería ser lo contrario.
Es cierto, debemos confiar en las nuevas generaciones, pero de nada sirve que eso lo utilicemos como excusa para no hacer nada. No le dejemos todo el trabajo a nuestro niños: empecemos nosotros a escribir una mejor historia.
El pequeño niño salvó a su padre de la muerte con su dulce corazón; y Abby condenó a su padre, inocentemente, entregándole la ficha roja. Sin embargo, luego de tanto insistir fue liberado. Increíble, ¿no? Como simples acciones, generan grandes cambios.
IV
Al analizar lo anteriormente expuesto se pueden determinar los siguientes puntos como conclusión:
- La historia es producto de los hombres (no lo contrario).
- La humanidad tiene el poder de cambiar y transformar las circunstancias que la rodea.
- Las acciones pasadas siempre afectarán directamente a nuestro presente; y nuestras actuales acciones afectarán al futuro.
- La influencia del contexto histórico en el arte es inevitable, algo inherente. Un ejemplo es la influencia de la matanza salvadoreña de 1932 en los escritos posteriores del maravilloso Salarrué.
- Para comprender un movimiento literario es necesario conocer el contexto histórico en el que éste se desarrolló o inspiró.
- La Revolución Rusa y el poderío de Oliverio Cormwell son sucesos determinantes que marcaron una época específica y que provocaron (como consecuencia) la realización de una literatura con un estilo específico.
- La historia es utilizada por lo escritores del Realismo con un finalidad especialmente moralizante. Su objetivo principal era evitar que la sociedad cometiese los mismos errores del pasado.
- “El poder de la infancia” es una sutil narración sobre los cambios por los que pasaba Rusia luego de la Guerra Civil.
- “La ficha de la muerte” narra la aversión y la veneración que algunos ingleses sentían por Cromwell.
- En ambos cuentos se enfatiza en la importancia de las nuevas generaciones para el mejoramiento de los pueblos, sin embargo; es necesario que éstas analicen su propia historia para no que no repitan las desgracias pasadas y, así, puedan salir adelante.
- Las generaciones actuales son las responsables de darle el ejemplo a las nuevas, para que éstas puedan continuar el trabajo necesario para un buen futuro.
Somos nuestra historia, por lo tanto escribamos una historia positiva, ¡adelante!